Espacio Público | Espacio Jurídico y Político donde ejercer la ciudadanía

Espacio Jurídico

El espacio público es un concepto jurídico: un espacio sometido a una regulación específica por parte de la Administración pública, propietaria o que posee la facultad de dominio del suelo y que garantiza su accesibilidad a todos y fija las condiciones de su utilización y de instalación de actividades. El espacio público moderno proviene de la separación formal (legal) entre la propiedad privada urbana (expresada en el catastro y vinculada normalmente al derecho de edificar) y la propiedad pública (o dominio público por subrogación normativa o por adquisición de derecho mediante cesión) que normalmente supone reservar este suelo libre de construcciones (excepto equipamientos colectivos y servicios públicos) y cuyo destino son usos sociales característicos de la vida urbana (esparcimiento, actos colectivos, movilidad, actividades culturales y a veces comerciales, referentes simbólicos monumentales, etc.). [1]

Limitaciones y nuevas tendencias

La definición jurídica en muchos casos puede ser limitada y se requiere que la normativa reconozca más categorías de espacio urbano siguiendo diferentes criterios como pueden ser su uso y la accesibilidad. Eike Schlack propone tipificar los espacios que ya son parte de nuestra experiencia urbana de la siguiente manera: las calles y plazas de libre acceso como espacios públicos, las galerías comerciales al aire libre que establecen continuidad con la calle como espacios aparentemente públicos, las áreas comunes de los condominios como espacios semipúblicos, etc.
De relevancia internacional es el caso del Unified Bulk Program en Nueva York, que tipifica los espacios públicos de propiedad privada (privately owned public spaces) según criterios morfológico-espaciales (urban plaza, sidewalk widening, open air concourse, residential plaza, etc.) (Kaiden, 2000) y promueve la creación de espacios de uso público heterogéneos, apropiados a cada situación urbana en particular. También es interesante tener en cuenta la aproximación del gobierno de la ciudad de Berlín, que ha desarrollado un plan estratégico de espacio público: StEP öffentlicher Raum (Dubach y otros, 1999). Este plan tipifica los espacios públicos y sus transiciones considerando que son parte de un sistema de espacios públicos prioritario y no resultante de lo construido, categorizándolos según la identidad espacial de cada uno; establece en lo particular criterios según sus grados de accesibilidad, traspaso, conectividad, espacialidad interna, escala y orientación, entre otros. [2]

Espacio político donde ejercer la ciudadanía

Habermas [3] describe el proceso por el cual el público (constituido de individuos que hacen uso de su razón) ocupa la esfera o espacio público controlado por la autoridad y lo transforma en espacio (metafóricamente hablando) donde la crítica se ejerce contra el poder del Estado.

Espacio donde el ser humano se vuelve sujeto político

La esfera pública es, entonces, en el lenguaje político, un constructor en el que cada ser humano se ve reconocido como tal en relación y como la relación con otros, con los que se vincula a partir de pactos reflexivos permanentemente reactualizados. Ese espacio es la base institucional misma sobre la que se asienta la posibilidad de una racionalización democrática de la política. Por supuesto que es indispensable aquí atender la conocida genealogía que Jürgen Habermas,  que señalaba esa idea de espacio público como derivación de la publicidad ilustrada, ideal filosófico –originado en Kant– del que emana el más amplio de los principios de consenso democrático, único principio que permite garantizar una cierta unidad de lo político y de lo moral, es decir la racionalización moral de la política. Todo ello de acuerdo con el ideal de una sociedad culta formada por personas privadas iguales y libres que, siguiendo el modelo del burgués librepensador, establecen entre si un concierto racional, en el sentido de que hacen un uso público de su raciocinio en orden a un control pragmático de la verdad. De ahí la vocación normativa que el concepto de espacio público viene a explicitar como totalidad moral, conformado y determinado por ese “deber ser” en torno al cual se articulan todo tipo de prácticas sociales y políticas, que exigen de ese marco que se convierta en lo que se supone que es. [4]

Para ilustrar esta última cita podemos utilizar una anécdota, que cuenta Jordi Borja sobre una frase pronunciada en Paris (diciembre 1997) por un desocupado de larga duración: “Finalmente, después de muchos años, hoy, desfilando en la marcha de los parados, me he sentido ciudadano”. Este es el espacio político. [5]

Espacio de resistencia

Los autores post-modernos tienden en su discurso a adoptar una posición crítica frente a la sociedad burguesa y el capitalismo, por lo que describen el espacio público como un sitio de resistencia frente a la burguesía y el orden económico social que ella impulsa. (…)En este sentido, existe un reconocimiento respecto a que la segregación y la desigualdad siempre han existido en la ciudad, pero en la mítica modernidad, como afirma Caldeira, “las a veces violentas apropiaciones de los espacios públicos por diferentes grupos excluidos “siendo el más obvio ejemplo las barricadas construidas durante las rebeliones obreras” también constituían la esfera pública y contribuían a su expansión” (Caldeira, 2000). [6]

Dimensión política reducida por la llegada de problemas sociales ajenos al propio espacio público

El espacio público como espacio político, de ejercicio de derechos cívicos, es un medio de accesión a la ciudadanía para todos aquellos que sufren alguna capitis diminutio, marginación o relegación en la anomía o la pasividad. Es la autoestima del manifestante en paro que sueña que ocupa la ciudad, que es alguien en la ciudad y no está solo.  [7]

Hannah Arendt, fascinada por el ideal griego del ágora, pensaba que el espacio público había sido usurpado por la imponente llegada a la escena política de los problemas sociales del trabajo y de las necesidades, puesto que todo esto llevaba los hombres a ser un reflejo de los automatismos de la producción y del consumo, quitándoles la posibilidad de debatir y actuar políticamente.  En su libro “Vita Activa. La condición humana” define las tres condiciones de la existencia: el trabajo que asegura la supervivencia, la producción que genera el mundo en el que vivimos y el espacio público en el que los individuos interactúan por medio del debate, y luego actúan. En esta dimensión descrita por Hannah el espacio público tiene el significado de acción colectiva que puede llegar a ser también desobediencia civil.

Lugar donde escenificar la utopía de la igualdad

A ese espacio público como categoría política que organiza la vida social y la configura políticamente le urge verse ratificado como lugar, sitio, comarca, zona…, en que sus contenidos abstractos abandonen la superestructura en que estaban instalados y bajen literalmente a la tierra, se hagan, por así decirlo, “carne entre nosotros”. Procura dejar con ello de ser un espacio concebido y se quiere reconocer como espacio dispuesto, visibilizado, aunque sea a costa de evitar o suprimir cualquier emergencia que pueda poner en cuestión que ha logrado ser efectivamente lo que se esperaba que fuera. Es eso lo que hace que una calle o una plaza sean algo más que simplemente una calle o una plaza. Son o deben ser el proscenio en que esa ideología ciudadanista se pretende ver a sí misma reificiada, el lugar en el que el Estado logra desmentir momentáneamente la naturaleza asimétrica de las relaciones sociales que administra y a las que sirve y escenifica el sueño imposible de un consenso equitativo en el que puede llevar a cabo su función integradora y de mediación. [8]

Conflictividad entre espacios públicos: dominantes, no dominantes e híbridos

Muchos filósofos norteamericanos, como Nancy Fraser, critican la idea de un espacio público entendido como esfera de participación única y global, porque estaríamos hablando de un espacio de naturaleza hegemónica, dominado por una concepción burguesa, masculina y blanca, y por lo tanto excluyente.

Carmen Gómez Martín en esta misma línea de pensamiento considera que este ideal tipo de espacio público global no es representativo de la realidad social contemporánea. En este sentido tendríamos que hablar de una situación mucho más compleja y a la vez difusa en la que existirían varios espacios públicos (en plural), dominantes, no dominantes e incluso híbridos, entre los cuales se desarrollarían además relaciones de conflictividad. En estos otros espacios los grupos sociales subordinados o simplemente excluidos de la formulación del discurso dominante elaborarían y difundirían sus propios “contra-discursos”. Esto es lo que N. Fraser denomina “contra-públicos subalternos”. Su presencia y su rápida multiplicación es una respuesta a una situación de exclusión de los espacios públicos dominantes que lleva sin embargo expandir las posibilidades de expresión, cualidad que permite que una sociedad pueda llamarse democrática. [9]

[1] BORJA, J. (1998): «Ciudadanía y espacio público», en “Urbanitats” núm. 7: Ciutat real, ciutat ideal. Significat i funció a l’espai urbà modern, CCCB, Barcelona. Disponible en: <http://urban.cccb.org/urbanLibrary/htmlDbDocs/A011-B.html>.
[2] SCHLACK, E. (2007), “Espacio público”, en ARQ, Santiago, n. 65. Disponible en <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-69962007000100006&lng=es&nrm=iso>.
[3] HABERMAS, J. (1962), Historia y crítica de la opinión pública. La transformación estructural de la vida pública. Gustavo Gili, Barcelona, 1981.
[4] DELGADO, M. (2007), “Lo común y lo colectivo”, Universitat de Barcelona. Disponible en <http://medialab-prado.es/article/lo_comun_y_lo_colectivo>.
[5] BORJA, J., op. Cit.
[6] SALCEDO HANSEN, R. (2002). El espacio público en el debate actual: Una reflexión crítica sobre el urbanismo post-moderno. EURE (Santiago) [online], vol.28: n.84 . Disponible en: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0250-71612002008400001&lng=es&nrm=iso>.
[7] BORJA, J., op. Cit.
[8] DELGADO, M., op. Cit.
[9] GÓMEZ MARTÍN, C., entrevista personal, mayo de 2009.

Trabajo de investigación: Espacios Sensibles

Este texto forma parte de un trabajo de investigación desarrollado por Domenico Di Siena en 2009, en el ámbito de sus estudios de doctorado en la Universidad Politécnica de Madrid.

Descárgate todo el PDF:  Espacios Sensibles – Hibirdación físico-digital para la Revitalización de los Espacios públicos (Domenico Di Siena) (18832 descargas )

Entrevistas a expertos, profesionales e investigadores 

– Diego Soroa

– Nerea Calvillo

– Francesco Cingolani | @immaginoteca

– Alfonso Sánchez Uzábal | @skotperez

– Andrés Walliser | Sociologo Urbano

– Emilio Martínez Gutiérrez

– Adolfo Chautón | Geógrafo Urbano

– Juan López-Aranguren

– Efraín Foglia

– José Luis de Vicente

– Paco Gonzalez

Algunos de los apartados de la investigación:

– Espacio público cómo espacio de comunicación (libre)

– Espacio público como lugar de construcción de ciudadanía

– Espacio de Libertad y Libre Circulación

También te puede interesar mi ebook: Sentient City: la Ciudad del Conocimiento

Dejar un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *

  1. Domenico: en el discurso sobre el espacio, has pensado en la dimensión tiempo? Desde mi punto de vista, es uno de los factores que marcan diferencias en cuanto a la experiencia individual y colectiva respecto al espacio. El tiempo en el que se ocupa el espacio, el que se dispone para transitar por él, su vivencia conjunta: espacio y tiempo.
    Isabel