I+D en Prácticas Colaborativas: del prototipado a un modelo sostenible

En España estamos viviendo una situación paradójica. Creo que en los últimos 10 años se ha consolidado un ecosistema sociocultural que ha permitido que muchas prácticas urbanas y modelos de trabajo pasen de ser consideradas ejemplos de la contracultura a ser entendida como un modelo emergente (aunque muchos lo “aceptan” solo como proceso temporal).

En este contexto se ha generado una red de intercambio de conocimiento y de colaboración de una riqueza nunca vista antes. Sin embargo la práctica necesita ser estudiada y criticada, y desafortunadamente nuestra cultura mediterránea parece alejarnos de los procesos de reflexión y crítica, serios y constructivos.

Necesitamos generar un espacio donde pueda ocurrir ese debate crítico. Necesitamos invertir en I+D asociado a las dinámicas colaborativas. Existen algunos casos, pero son absolutamente insuficientes; y por otra parte con un enfoque todavía poco operativo. Es decir que los ejemplos de estudio son en su gran mayoría descriptivos. Digamos que su principal objetivo es visibilizar dinámicas nuevas y transformadoras.

Frente a la ausencia de este espacio o de personas, grupos y entidades que tengan los recursos para generarlo, me parece urgente frenar nuestro impulso de innovación, que posiblemente está siendo demasiado amplio.

Un paso atrás para volver a volar.

Nos hemos lanzados demasiado lejos sin tener cubiertas las necesidades básicas. Nos hemos atrevido. Lo necesitábamos y el resultado es un extraordinario proceso de transformación en red en el que nos identificamos y nos reconocemos. Por fin nuestra ética casada con nuestras prácticas.

Ahora, sin embargo ha llegado el momento clave. Nuestros modelos económicos no son sostenibles y veo muy difícil que consigamos seguir adelante sin nuevos aliados; ya
que los “aliados de siempre”, que nos han ofrecidos los pocos recursos que han alimentado nuestra actividad y nuestra innovación, ahora se vuelven nuestra peor trampa. Se trata prevalentemente de agentes culturales que a su vez se encuentran en una situación de precarización importante y que nos buscan solo por nuestro capital simbólico.

Las prácticas colaborativas, la innovación social y las acciones urbanas que estamos proponiendo han sido fantásticos contenidos para programas y contenedores culturales que se han multiplicado como setas gracias a la burbuja inmobiliaria. Hemos aprovechado ese momento para crecer con muy pocos recursos pero ahora ya no podemos seguir enmarcados y dependiendo del mundo de la cultura. No podemos alimentar nuestro trabajo a base de charlas, talleres y “espectáculos”. Ha sido interesante, quizás es lo que nos ha permitido desarrollarnos con la libertad deseada, pero ahora necesitamos dar otro paso.

Ahora que el dinero de la cultura se ha acabado, se empieza a respirar la “vieja” brisa de la competencia. Empezamos a sobrecargar procesos y eventos con nuestra presencia. Estamos en todas partes y en ninguna en concreto. Hemos perdido el norte. Nos hemos precarizado y no queremos darnos definitivamente por vencidos y seguimos experimentando sin saber muy bien qué somos y qué queremos.

El “vamos tirando” o “vamos sobreviviendo” es el saludo de cada dia. Parece que nuestro único objetivo, nuestra posible “victoria” hoy no puede ser otra que “sobrevivir”.

Prototipar e inventar “chiringuitos”, es lo que nos permite hacernos visibles. Es lo que todavía ofrece una “excusa” para que el mundo de la cultura se fije en nosotros y nos ofrezca los últimos recursos disponibles. Seguir así es claramente un error.

Yo me niego. Me niego a caer en la trampa de la auto-precarización.

Hemos prototipado lo suficiente. Ahora llega el momento de construir el modelo.
Yo mismo he caído en esa trampa, multiplicando y “sembrando” mi participación en eventos, proyectos y plataformas: siendo la mayoría de ellos prototipos sin ninguna garantía y sostenibilidad económica.

Para seguir y fortificar nuestro trabajo necesitamos recursos para pensarnos. Igual que las empresas mejor organizadas tienen sus propios departamento de I + D, nosotros necesitamos dedicar tiempo y recursos para centrar y organizar nuestros propios procesos. Ya no me creo que nuestro I+D son nuestras propias prácticas de trabajo.

Estas reflexiones se me revuelven en la cabeza con más frecuencia desde que pusimos en marcha el proceso de desarrollo del #meetcommons 2013 y que tiene justamente ese objetivo: pensarnos en común. Hemos entendido el proceso de forma abierta e inclusiva. Sin embargo, ahora tràs más de 3 meses de trabajo nos empezamos a dar cuenta de que no disponemos de los recursos necesarios para seguir armando un proceso tan inclusivo, y sobre todo que tampoco los tienen los que supuestamente deberían estar interesados en participar.

Quizás hemos llegado al límite. ¡Necesitamos aliados!

Necesitamos que las escuelas de negocio estudien nuestras prácticas y nos acompañen en la consolidación del nuevo modelo económico que estamos construyendo con tanta dificultad y mucha ilusión.

Necesitamos empresas viejas y nuevas. Necesitamos planes de financiación adaptados a nuestros modelos organizativos. Programas de apoyo. Centros y espacios abiertos para trabajar y encontrarnos.

Necesitamos nuevos aliados en el mundo de la economía, la producción y la gestión urbana.

Necesitamos un departamento de I + D sobre Prácticas Colaborativas y no lo podemos crear nosotros mismos.

¿Qué gobierno, empresa, universidad o Institución (pública o privada) nos quiere apoyar en este proceso?

Me gustaría cerrar con un ejemplo superlativo de simbiosis entre prácticas innovadoras y nuevos modelos de financiación: el caso de ¡Avalo Zemos98!

Avalo Zemos98 es un proceso que lleva a cabo el grupo Zemos98 para avalar un préstamo de 98.000 € La comunidad que sigue y reconoce la labor desempeñada por este grupo ha avalado el préstamo. Ellos mismo explican que:
Hacemos esto para iniciar un proceso de independencia con respecto a la banca tradicional, para desprecarizar los proyectos en los que estamos inmersos, para afianzar los lazos de confianza con nuestra comunidad y para promover una economía social y solidaria.

Finalmente Zemos98 han conseguido 270 avalistas que han avalado 104363,00 € es decir el 106,49 % del prestamo.

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  1. Qué decir Dome. Ya sabes que comparto totalmente esta sensación… Creo que debemos dejar la representación de nuestras propias prácticas, dejar de autoprecarizarnos para en todo caso,encarnar la precariedad políticamente, como arma, recuperando la conciencia de clase. Creo que debemos dejar de hacer el juego, para realmente atrevernos a jugar. JUGAR a su juego y al nuestro y a otros que nos inventemos juntas. Y si no quieren jugar, que se jodan, porque vamos a jugar de todas formas (que es lo que nos han hecho hasta ahora). Buscar en la basura, sabernos basura. Como decía Marjorie, la gran montaña de basura de Los Fraggle ‘Soy la cáscara de naranja, los posos del café… ¡soy la sabiduría!’ Podríamos añadir ‘Soy el capitalismo cognitivo!’.
    Dos pequeños matices al txt: No creo que este cuestión no la podamos abordar nosotras mismas, sino que no la podemos-debemos abordar nosotras solas. Del mismo modo, no quiero que escuelas de negocio estudien nuestras prácticas como si fuésemos los nuevos cobayas, el nuevo campo que va a mantener sus departamentos de investigación. Ha llegado el momento de la rebelión de las cobayas, de creernoslo, y si, de estar dispuestas a que nos acompañen (acompañarnos) en esta investigación conjunta y recíproca, al mismo tiempo que estamos dispuestas a morder la mano de quien venga a diseccionarnos.
    Comparto contigo un diagnóstico alarmista de la última vez que nos encontramos en Madrid. A esto le quedan seis meses y tiene que explotar en una dirección o en otra. No se trata necesariamente de una explosión desastrosa, sino una eclosión feminista, queer y mutante.
    También creo que debemos medir más y hacer menos para hacer ¿mejor? o al menos no dejarnos arrastrar por los ritmos-tiempos imperantes. Recuperar nuestras formas y nuestro paso. Como bien dices, un paso atrás para volver a volar y sabernos bandada, multitud, autónomas pero interdependientes.
    Y si hay que morir, que sea con estilo.

  2. Alberto says:

    Hola Dome

    Enhorabuena por el post. Me parece de una clarividencia extrema. Y comparto el diagnóstico: efectivamente, creo que las dinámicas de innovación urbana que se están dando en Madrid y otros lugares están siendo cooptadas por la economía política de la precariedad.

    Simplemente apuntar un par de observaciones y una sugerencia.

    1. En primer lugar, no estoy seguro de entender qué exactamente tienes en mente cuando hablas de un «departamento de I+D sobre prácticas colaborativas».

    De un lado, creo que casi todos los colectivos que participan de esta ola de innovación urbana ya llevan a cabo actividades y proyectos de I+D. Habéis descubierto nuevos objetos y realidades urbanas: modelos de goberbanza, redes de colaboración, pedogogías y herramientas auto-constructivas, metodologías de diseño, etc. Yo no dudaría un segundo en llamar a estos desarrollos, «objetos epistémicos», que es el nombre que se le suele dar al trabajo de experimentación científica.

    En otras palabras, ya hacéis I+D. Es cierto que vuestra manera de desarrollar tales proyectos de I+D difiere considerablemente de cómo la I+D se suele plantear dentro de un sistema nacional de ciencia y tecnología. Quizás sea esta diferencia – entre la investigación «institucional» y la investigación «al trote» que llevan a cabo los colectivos – la que tienes en mente cuando hablas de la necesidad de formar un «departamento» de I+D.

    Yo sinceramente no veo tan claro que organizarse formalmente en un departamento o «think tank» de I+D vaya a aportar valor. Conozco bastante bien el mundo de las escuelas de negocio y los departamentos de innovación (dentro y fuera de la empresa) y creo, sinceramente, que están a años luz de lo que hacéis vosotros.

    Esto no quiere decir, por supuesto, que la investigación «al trote» que soléis llevar a cabo no tenga espacio y ámbitos de mejora. De hecho, siempre os he oído decir, a los colectivos con quienes más trato, que tenéis «poco tiempo para pensar y reflexionar». Yo añadiría que tenéis «poco tiempo» en general, pues efectivamente los contratos hoy en día son escasos y urgentes, y la mayor de las veces uno anda en demasiados frentes.

    Quizás ese sea un tema a pensar colectivamente: maneras de «encontrar» tiempo. Hay otras maneras de encontrar tiempo que no exigen recursos. ¿Cómo se hace tiempo en una ciudad? ¿Qué ritmos – y con qué propósitos – nos pueden ayudar a «hacer» tiempo?

    Se me ocurre, por ejemplo, que una manera de hacer tiempo es darle más «espesura» o «densidad» a cierto tipo de relaciones. Por ejemplo: a Adolfo Estalella y a mi nos ha llamado siempre la atención el poco trato que los colectivos tenéis con facultades de ciencias sociales. Hay muchos estudiantes de sociología, servicio social, antropología que fliparían con vuestros trabajos. Y ellos pueden ayudaros a «espesar» los contextos de los barrios en los que trabajáis: poniendo sobre la mesa cuestiones de género, etnicidad, inmigración, dinámicas inter-generacionales, economías asistenciales, etc.

    2. Esto me lleva a mi segunda observación, muy breve, sobre el papel que le das a los recursos y alianzas institucionales a la hora de darle un empujón a la formación de este departamento de I+D.

    Decir, simplemente, que aunque no me cabe ninguna duda que el apoyo y reconocimiento de la administración, la empresa, las escuelas de negocio, etc., ayudaría a hacer más sostenibles los proyectos que nos interesan, no veo tan claro por qué la I+D que desarrollamos depende de ellos.

    En este sentido quizás distinguiría la I+D del trabajo de reconocimiento, promoción y visibilidad que el universo de la innovación urbana se merece.

    3. Por último, una sugerencia. Me limito a apuntarla pues es un melón enorme y nos podríamos estar días hablando de esto.

    Creo que los colectivos trabajando sobre innovación abierta y urbana en Madrid, Sevilla, País Vasco, etc., están llevando a cabo un trabajo de una originalidad y vanguardia, sinceramente, sin parangón en el mundo entero hoy en día. A uno se le llena la boca y le llueven collejas por todos lados cuando dice «en el mundo entero». Pero la verdad es que así lo creo. Y cuando he estado fuera contando lo que aquí pasa el reconocimiento es común.

    Ahora bien, un aspecto en el que creo que se ha trabajado poco, incluso diría más (por ponerme algo grandilocuente), en el que la mirada está siendo algo cortoplacista, es el de los «estándares».

    A pesar de todo el trabajo que se está haciendo sobre ciudades y en ciudades; a pesar de los muchos proyectos que hablan de «arquitectura open-source» o «urbanismo open-source»; a pesar de la cantidad de proyectos que diseñan y construyen infraestructuras; a pesar de todo eso, practicamente ningún colectivo se ha parado a pensar en el diseño de los estándares (protocolos y certificaciones) necesarios para poder jugar de verdad en el mundo de la «infraestructura urbana abierta».

    A modo de ejemplo valga la iniciativa, Occupy the SEC (Securities and Exchange Commission), http://www.occupythesec.org/, en el que un colectivos de financieros, traders, etc., trabajan en la redacción y estandarización de reglas y protocolos financieros alternativos.

    En fin, se me ha ido la mano con la respuesta. Pero es que tu post me ha parecido, además de muy atinado y oportuno, una estupenda manera de llamar a la acción.

    Un abrazo fuerte

    Alberto

    1. Aupa Alberto.
      Creo que por otro lado debemos estandarizar más nuestros procesos de I+D (manteniendo su espíritu, que hay está lo complicado del tema). Y por otro lado, como dices, debemos trabajar-buscar el reconocimiento, promoción y visibilidad de nuestra propuesta de valor en el ámbito de la innovación. El otro día en una reunión en el Dpto. de Competitividad del Gobierno Vasco, les hablábamos de ue ueríamos la homologación de nuestros procesos de I+D, su legitimación y reconocimiento dentro del marco de políticas públicas de innovación y dentro de la Red Vasca de Ciencia Tecnología e Innovación. Incidir ahí (decidiendo que posición adoptar, que no tiene por qué ser una sóla) es parte del trabajo a realizar si no queremos quedarnos en la marginalidad o en lo curioso-gracioso.

  3. tania aguasinapsishumanas says:

    Doménico, y compañía, soy de la ciudad de Barcelona, y, mi relación con vosotros y otros colectivos afines de aquí, es casi toda digital, de momento.

    Pienso que Alberto hace muy bién intentando discernir cuál es la necesidad real, que has comenzado anunciando.

    Creo que, descubrir nuestra necesidad «verdadera», y compartirla en confianza con las demas personas, nos devuelve al mundo mágico de la infancia, donde todo es posible.

    Me gustaría que viniérais a conocer la Cooperativa Integral Catalana (http://cooperativa.cat/es/), y, que habláramos un día sobre ella.

    Abrazos

  4. Como ocurre habitualmente, tus provocaciones al diálogo resulta fructíferas, Domenico.

    Visto desde quien está fuera aunque se encuentre dentro, la problemática económica que os acucia se hace más que evidente desde hace meses. El trabajo de investigación que hacéis es uno de vuestros pilares, pero no es sin embargo el único y quizás no sea el que más puertas os vaya a abrir.

    Nadie en España vive de la I+D (salvo en el CSIC y poco más). El resto de la I+D es colateral a actividades principales que subsidian la I+D (como en el sector privado), y en la universidad donde la enseñanza es la principal responsabilidad (y la que indirectamente sostiene la investigación).

    Así que yo intentaría abrir la pregunta sin dar una respuesta como la que ya proporcionas: I+D en prácticas colaborativas; la cuestión es cómo hacer sostenible vuestra labor. Y para ello van dos sugerencias: una en relación a cómo pensarla en términos distintos a los de la I+D y dos en relación con qué geografía.

    Para mi, vuestra investigación no es un ejercicio abstracto sino que se traduce en (i) formas de intervención y diseño urbano distintivo y (ii) escuelas de aprendizaje sobre cómo hacer ciudad (en la ciudad) y desde la ciudadanía.

    (i) Habéis hecho de la ciudad, literalmente, una escuela. No alumbráis solo nuevos objetos epistémicos que nos ayudan a pensar en la ciudad (y desde ella en la democracia, la ciudadanía, la política…) sino que habéis construido lugares absolutamente singulares, permanentes o efímeros, que se tornan en ‘lugares’ de aprendizaje urbano: meetcommons, #edumeet, el Campo de cebada, #LaMesa… tan importante es lo que ocurre en ellos como el lugar donde eso acontece.

    Así que yo trataría de adentrarme en ese camino. Volcar vuestro conocimiento en proyectos pedagógicos: escuelas, universidad, másteres, educación informal… pero de manera formalizada. Y aquí encaja con la necesidad de desarrollar estándares que señala Alberto. Ya no basta con hacer un taller de tres días, el conocimiento que habéis acumulado requiere de contextos de aprendizaje más formalizados (estandarizados) y sostenidos en el tiempo. Por ello, el proyecto de Universilab me parece visionario y con enormes posibilidades.

    Esto os obliga a interpelar a otras instituciones distintas de la culturales: universidad, escuelas de negocios, empresas… En la universidad están a años luz de lo que vosotros hacéis. Tanto en la forma como en el fondo. Y precisamente por eso será complicado convencerlas, pero quizás haya que intentarlo.

    (ii) Lo segundo es que en España no hay financiación en ningún ámbito, así que quizás la única manera para ser sostenible en el corto plazo es buscarse las castañas fuera. ¿Que quieres montar un máster?, pues sí, pero internacional. Para alumnos de fuera e incluso en colaboración con alguna universidad extranjera. Y mirar hacia el exterior (que ya lo hacéis) permite recuperar el gesto inventivo de vuestro trabajo, porque fuera sí es posible hacer visible vuestras prácticas de investigación. Para lograrlo, quizás es necesario explorar la formalización de relaciones estratégicas; aquí sí, con grupos de investigación, departamentos, empresas…

    Solo algunos elementos para un debate largo.

  5. Bernardo says:

    Buenas aportaciones. Quizá sea el momento de crear nuestras propias eXtituciones, certificados, alrededor de una meritocracia nueva. Al mundo lleno se le llena la boca de palabras como Think Tank, por ejemplo, cuando hoy en día deberíamos inventar un Play Tank donde el pensamiento se haga juego, prototipo, conexiones. Creememos un play tank donde la investigación de pensamiento se nutra a partes iguales de papers, libros, tuits, blogs o, por qué, un foro de Anonymous. Y que el pensamiento no consiga existir sin las cosas-que-hagamos en un Play Tank expandido, sin periferia ni centro, que contagie las ciudades de la filosofía abierta y transversal. Entonces, ¿creeamos el primer Play Tank de la historia?

  6. Dome, tal y como yo lo veo, o lo ando viviendo (pues en carne y hueso vivo la mayoría de las releflexiones que nos compartes), hay algo primordial, que parte de mirarse hacia dentro y preguntarse como nos gustaría vivir (para mi esta revolución tienen que ser para poder vivir en un gran jardín Mediterráneo), preguntarnos si hay cosas que nos caben en el, manifestarlo. Creo que seguiremos siendo híbridos, independiente e interelacionados, o es como quiero funcionar, creo que estamos en momento de exigir tanto a las instituciones amigas o enemigas, empresas que inviertan en el mantenimiento de ese jardín, y para ello debemos dejar claro, que no basta con un taller de tres horas, donde se siembra y luego nadie riega, o ni siquiera hay toma de agua. Habrá que asumir que siempre habrá contradicciones, pero que evidenciandolas caminaremos mejor juntas. Las practicas colaborativas a las que aludes conforman una manera de ser, estar, producir en el mundo, ( y el mantenimiento¿ , , , el equilibrio entre seguir creando y cuidando)…. Estas practicas que se escapan y conectan sectores, disciplinas, infraestructuras, ese es su mayor valor, que se pude acceder a muchos campos, mercados.
    Habrá que tejer y compartir infraestructuras, hacer un buen plan de alianzas entre lo conocido, y mas importante lo inexplorado, habrá que seguir atreviéndose a jugar en las economías que mejor nos representen.

  7. X@x.org says:

    Me parece que esta entrevista viene muy al caso.
    http://salonkritik.net/10-11/2011/08/el_estado_del_arte_julian_oliv.php

  8. Me atrevo a apelar a Benkler aquí para recordarnos eso de que construimos/caminamos en una economía de transición hacia la nueva economía de información en red-que aún no es modelo sólido, ni siquiera modelo-que estamos empezando a practicar y prototipar). Benkler nos habla de la convivencia de infraestructuras no abiertas, las de siempre, con infraestructuras abiertas, las emergentes, como una de las claves de esta economía de transición. Me atrevo también a recordar aquello de las «alianzas monstruosas» de las que habla Marga Padilla para impregnar de más sentido aún eso de reclamar el capital de escuelas de negocio e instituciones. En definitiva, nosotr*s tenemos el conocimiento para hacer e inventar: es cuestión de tiempo y «buenas balas» que la pasta se mueva.
    Y yo no soy el capitalismo cognitivo. Yo quiero la democratización del conocimiento, la info y la cultura, en un contexto en el que la info es poder (y dinero). Y quiero i+d y pasta para construir infraestructuras y procesos abiertos que lo posibiliten.
    Disculpad las faltas y la brevedad, escribo desde el móvil en el tren camino de Huelva para dar un taller en Andalucía Emprende… 😉

    1. María, no me refería a ser ‘el capitalismo cognitivo’ como un deseo o una utoafirmación, sino como autoconsciencia, como saber que somos el veneno del sistema, pero también su mejor antídoto homeopático. Formulemos lo que queremos ser, pero no nos olvidemos de lo que somos y para quienes resultamos más útiles. No sólo practiquemos alianzas monstruosas, sino incluso más allá, sepámonos parte del monstruo, encarnemos nuestro monstruo.

      1. Carla says:

        Habrá que ir midiendo y balanceando dosis de nuestro propio veneno, a la vez que diseñamos antídotos comunes. Hay muchas formas de hacerlo, y lugares desde donde actuar, que irán cambiando nuestra posición como parte del monstruo, yo he pasado por varios órganos y partes de su cuerpo y por ahora es la formula que vislumbro. Que pena que no pude ir a tu taller de minutos en Madrid Richi….claro que era en un monstruo muy caro para no ir desde dentro.