Yo pueblo #14 | El milenarismo
Hoy es 8 de diciembre de 2021. La pandemia sigue y yo me encuentro en Dakar visitando a mis amigos Juan y Ana. Me hace mucha ilusión hacerles esta visita. Hacía mucho que estaba intentando ir.
Lo primero que me viene a la cabeza es que me hace mucha gracia es que al publicar en redes sociales que me encuentro en Dakar, muchas personas han empezado a preguntarme cuál ha sido el motivo de este viaje: me preguntan que si son vacaciones o si he venido por trabajo. En realidad ninguna de las dos. He venido a visitar a mis amigos….y en seguida pienso que puedo sentirme afortunado porque justamente puedo hacerlo gracias a que mi trabajo se puede desarrollar por su gran mayoría a distancia.
Sabes que cada sesión intento dedicarla a un tema principal. En esta te quiero hablar sobre cómo me siento, y cómo pensando en cierta sensación de malestar llego a reflexionar una vez más sobre esta extraña situación que estamos viviendo a escala global.
Empezamos por mi. Por como me siento. Una de las cosas que me acompaña desde hace meses es una sensación de bloqueo. Es como que veo todo un mundo que brilla afuera. Todo un conjunto de oportunidades, de emociones que me esperan a las que sin embargo no doy todo el espacio que podrían tener. Según lo que entiendo de mis conversaciones con la psicóloga esto tiene que ver con el enorme sentimiento de pérdida que he desarrollado a raíz de la enfermedad y la muerte de mi padre. Muchas cosas maravillosas me están pasando y tengo ganas de vivirlas con intensidad. Espero abrirme…
Esto me hace reflexionar sobre la situación actual. Me refiero a la pandemia. Me parece que en el fondo la doy por terminada y no me doy cuenta del enorme impacto que ha tenido sobre mí y sobre la sociedad.
Quizás te pasa lo mismo. Después del primer gran momento de lockdown en el que nos hemos vistos encerrados en casa y enfrentados a algo completamente nuevo y desconocido, nos encontramos ahora en un especie de transición fluida, con la mente en una llamada “nueva normalidad” y el cuerpo que sigue experimentando limitaciones y asimilando que seguimos lejos de esa normalidad….
Entonces pensando en ello veo dos grandes fenómenos en los que merece la pena reflexionar:
Uno es el sentimiento de incertidumbre sobre el futuro que ahora parece englobar muchísimos elementos diferentes, económicos, medioambientales sociales, salud etc, que me parece generan una capa que nos aplasta a todos y nos impide de vivir con más vitalidad ( esto podría querer decir que lo que me pasa no es solo algo mío, sino que le está pasando a la sociedad en general)
Lo segundo es que me parece que estamos realmente poniendo en crisis el contrato social. Lo individual y lo colectivo no sabemos ni siquiera en qué plano están. Se generan nuevas narrativas que ponen en entredicho muchas de las verdades aceptadas de forma general hasta ahora. Las teorías y narrativas toman otro carácter y se alejan de la necesidad de tener cualquier tipo de autoridad, legitimidad desde la infraestructura existente de la sociedad. Todo es discutible y ni siquiera existe la posibilidad de una revolución, porque no existen los planos en los que identificar los problemas y las propuestas…. Nos dedicamos todos a destruir desde perspectivas diferentes un sistema que entendemos como injusto. Destruir…Destruir, también en mi entorno hay mucha retórica con la idea de “Deconstruir.”
Deconstruir… deconstruir.
Suena mejor…. Un poco con la idea de deshacer lo que hasta ahora se hizo mal.
Mi pregunta es cuanto de bueno existe en lo que está mal?
¿Y cuánto de lo malo es en realidad aceptable para la convivencia?
Espero que no interpretes estas preguntas cómo un sentimiento burgués…. O igual sí?
¿Me estoy aburguesando?
El problema es que no todos tenemos conciencia de que esa destrucción se produce para abrir a la construcción de algo mejor…. En este espacio de negatividad y pesimismo…. Promover solamente ese proceso de destruir o deconstruir me parece que nos puede llevar hacia una situación que nadie quiere de verdad…. Es por eso que como dijo mi amigo Pascual hace un tiempo, puede que hoy defender cierta institución es lo más progresista que podemos hacer.
Bueno esto es todo por hoy.
Ojalá te animes a compartir tu percepción, tus emociones, sensaciones y comentarios sobre esta situación.
Recuperando una conversación que justo tuve con mi amigo Juan aquí en Dakar, lanzo una pregunta que nos hacíamos: ¿nos enfrentamos a una apocalipse generalizada o más bien a un profundo proceso de transformación?