Sobre mapas y los límites de la (in)visibilidad
Como os contaba en este otro post sobre el futuro de la plataforma meipi, uno de mis focos de investigación y experimentación es la visualización digital de la realidad híbrida de nuestros territorios.
Mientras trabajamos con Zaramari y Colaborabora para un nuevo proyecto asociado a Think Cities y al bat_2014, Gorka Rodríguez (@gorka_zaramari) nos pasa una interesante selección de pensamientos sobre el uso de los mapas y los límites de la (in)visibilidad. Se trata de una selección sacada del maravilloso trabajo de Iconoclasistas de los que os recomiendo leer el “Manual del Mapeo Colectivo”
He pensando que sería interesante compartir con vosotros la selección que nos envió Gorka :
“El mapeo es un medio, no un fin. Debe formar parte de un proceso mayor, ser una “estrategia más”, un “medio para” la reflexión, la socialización de saberes y prácticas, el impulso a la participación colectiva, el trabajo con personas desconocidas, el intercambio de saberes, la disputa de espacios hegemónicos, el impulso a la creación e imaginación, la problematización de nudos clave, la visualización de las resistencias, el señalamiento de las relaciones de poder, entre muchos otros. De esta manera, el mapeo no produce transformaciones por sí mismo. Se conecta a un proceso de organización mediante un trabajo colaborativo en soportes gráficos y visuales. Y la difusión de este trabajo debe ser estratégica: toda la información que incluya debe estar consensuada con los participantes y amparada en un objetivo comunicacional, teniendo presente que ésto no amenace ni vulnerabilice a los participantes.”
“La construcción de un mapa constituye una manera de elaborar relatos colectivos en torno a lo común, monta una plataforma que visibiliza ciertos encuentros y consensos sin aplanar las diversidades, pues también quedan plasmadas. Gestar lo común, esto es, producirlo desde aquello que nos aúna y que reconocemos; o visibilizarlo desde lo espontáneo y desconocido pero a partir de objetivos claros, es una forma de combatir el individualismo y la segregación en la cual estamos inmersos como habitantes de este mundo.
El mapeo es una práctica para derribar barreras y fronteras, y permite encontrarnos en un territorio de complicidad y confianza. Es también una dinámica a través de la cual vamos construyendo y potenciando la difusión de nuevos paradigmas de interpretación de la realidad.
Y es un modo de producir territorio, pues es a partir de la institución y renovación de las formas espaciales y los mecanismos de percepción del tiempo que nutrimos y proyectamos nuestro accionar.
“El mapa no es sólo información. Instalar el mapeo como práctica, como herramienta crítica, supone una tarea colectiva de reconstrucción del entramado de cada situación, de relevar (más que totalizar) la complejidad de los territorios. Mapear también arma lazo: cuando escuchamos a otro poner en juego sobre el mapa sus recorridos, apuestas, intenciones, nos conectamos con una experiencia de habitar el territorio como espacio común y a la vez siempre singular.”
Mapear como sinónimo de cartografiar puede ser una estrategia de producción de enunciados críticos. ¿Esto tiene que ver también con las nuevas formas del conflicto? La pregunta por qué significa mapear es también la pregunta por qué significa producir conocimiento hoy porque entendemos el mapeo como práctica que genera conocimiento. ¿Y cuál es el límite entre describir, visibilizar y cuidar las resistencias? Es claro que no se trata de poner en riesgo clandestinidades, aunque siempre está el riesgo de “dar información al enemigo”. La cuestión es cómo mapear la potencia colectiva de trabajo y a la vez cuidar y problematizar nuestro propio régimen de visibilidades. “
“¿Qué capacidad de institución pública tiene la acción de mapear? Eso es algo aun a explotar y a experimentar. Especialmente cuando se trata de mapear temas que no son aun tan visibles. Ante una nueva modalidad del conflicto social (que va más allá del esquema movimientos sociales vs. Estado), mapear significa articular una inteligencia colectiva capaz de vincular signos que de otra manera no aparecen relacionados. Mapear supone coordinar una inteligencia colectiva y voluntades puestas a interpretar el territorio como una novedad.”