Hacia un Urbanismo Open Source
Os comparto un texto que he escrito para la revista “Numeros Rojos“, recién nacida y que se presenta esta tarde en el café La Fugitiva (Madrid). Allí estaré a las 20h para una charla-coloquio que tiene por titulo “Arquitectura Social y Participación en Red”.
A continuación el texto publicado en el primer numero de la revista:
Hacia un urbanismo Open Source
Según dice Daniel Innerarty, en la ciudad, el espacio homogéneo y estable ya no es más que un caso límite en el seno de un espacio global de multiplicidades locales conectadas, donde el diálogo que tradicionalmente nacía en los vecindarios se desarrolla hoy en redes locales y el debate público ha abandonado las calles y las plazas para trasladarse al espacio virtual, que se está convirtiendo en el lugar de encuentro e interacción por excelencia.
Redes sociales y comunicación horizontal
Probablemente los politicos han conseguido retrasar el paso hacia un nuevo modelo de gestión participativa gracias al apoyo indirecto e incluso directo del denominado “cuarto poder”: la prensa. El sistema de información actual todavía ofrece a los administradores y a los “poderosos” amplia oportunidad para manipular y controlar la información sobre ciertos procesos.
Sin embargo empieza a desarrollarse un modelo de información mucho más distribuido empieza a ofrecer a cualquier ciudadano la posibilidad de producir información local relevante.
Los medios tradicionales no consiguen comunicar lo que cotidianamente debaten y organizan los ciudadanos. Pero sí lo consiguen las redes sociales que informan en tiempo real, e incluso permiten interactuar con aquellas personas que protagonizan esos debates o movimientos, como es el caso de las acampadas del movimiento 15M.
Este nuevo ecosistema de información reduce la influencia de los medios de comunicación tradicionales y empieza a presionar a los administradores locales para que se relacionen con los ciudadanos de forma más directa y horizontal.
Es el primer paso para que los ciudadanos tengan acceso directo al “código de construcción y gestión” de la ciudad.
Ciudades Open Source y auto-organización
Internet y el entorno digital están cambiando las leyes de distribución (del poder) y las reglas del mercado. El actual sistema económico y político se basa en una estructura piramidal donde el poder (o el potencial económico o creativo) de muchos se considera inferior al de los pocos que están en la parte más alta de la pirámide.
Lo digital crea un nuevo sistema basado en la suma o acumulación de todas las pequeñas potencialidades (o poderes) de la masa, que gracias a los sistemas de comunicación en red pueden igualar o superar el poder (o potencial) de los que hoy se encuentran en una posición privilegiada.
La presencia de una entidad centralizada no es necesaria cuando los dispositivos de control y de retorno de la información (feedback), permiten a los actores visualizar o tomar conciencia de las consecuencias de sus acciones. El fenómeno de auto-organización inconsciente se vuelve control consciente e intencionado cuando se permite a los individuos entender los efectos de sus acciones.
Al invertir la supremacía de la centralización sobre las decisiones individuales, se consigue que los ciudadanos tomen conciencia de sus acciones y las coordinen de manera intencionada. Este proceso puede conseguir devolver la necesaria legitimidad y credibilidad a las intervenciones que nacen desde abajo y consiguen transformar áreas urbanas a través de procesos de auto-organización.
La integración de tecnologías digitales en el espacio físico puede favorecer e intensificar este tipo de dinámicas, empezando por lo más básico que es la comunicación entre vecinos. Esto ayuda a definir una estructura de gestión urbana donde grupos de control independientes viven en un entorno de auto-determinación (apropiación) y libertad, lo que mejora la cohesión y la calidad de vida de los colectivos locales. Es una idea muy cercana a la definición del concepto de tensegrity de Buckminster Fuller: “islas en compresión dentro un océano en tensión”.
Open Parlamento: accountability llevado a la práctica
En 2002, Agustín Hernández Aja ya afirmaba que “la participación necesita un sistema de información, un observatorio y unos indicadores que reflejen periódicamente la situación de aquellas variables que estimemos claves para establecer nuestra evolución y que sean accesibles y comprensibles por los ciudadanos”. Una década más tarde han empezado a popularizarse modelos de comunicación y dinámicas de gestión que nos acercan mucho a estos supuestos, entre ellos el concepto de accountability y el movimiento Open Data.
Accountability es un término anglosajón que podríamos traducir como “responsabilidad” u “obligación de rendir cuentas”. En nuestro caso hablaríamos de accountability como un ecosistema de comunicación y transparencia que permite al ciudadano exigir responsabilidades a la administración.
El movimiento Open Data supone uno de los mayores empujes para conseguir transparencia sobre la gestión pública. Consiste en poner a disposición de la sociedad datos de la Administración Pública, por ejemplo datos de proyectos financiados con dinero público o gestionados por instituciones públicas.
El objetivo es sacar provecho de esos datos que las organizaciones públicas no quieren o no tienen capacidad de analizar. Liberar esos datos permite a cualquier persona u organización construir nuevas fórmulas de consulta y visualización, simplificar, diversificar e incluso enriquecer la información inicial.
Open Parlamento es un ejemplo estupendo de como trabajar para mejorar y conseguir accountability. Se trata de una herramienta web que permite monitorizar de forma distribuida el trabajo de los diputados del parlamento italiano.
La pagina web ofrece mucha información sobre los proyectos de ley y sobre toda la actividad del parlamento italiano. Lo más interesante es su sistema de seguimiento distribuido que permite controlar la actividad política de cada diputado. Cada ciudadano puede “adoptar” un diputado, publicar todas sus declaraciones y confrontarlas con su actividad parlamentaria.
Imaginemos este mismo sistema aplicado a escala local, donde los ciudadanos tienen una mayor capacidad de organización y de ejercer presión. El control al que se sometería a todos los adminstradores locales sería tan intenso que estos se verían prácticamente obligados a poner en marcha un proceso de transformación de la estructura adminsitrativa hacia un modelo más abierto y participativo.
Conciencia de Red
Internet parece ofrecer un “lugar” para las relaciones sociales alternativo a los lugares “tradicionales”. Se trata de una oportunidad extraordinaria para fortalecer las relaciones sociales locales, y crear los escenarios necesarios para mejorar la vitalidad de los espacios públicos. Internet es hoy en día el “lugar” donde se están experimentando con mayor éxito los modelos de gestión colectiva.
Nos encontramos ante la extraordinaria oportunidad de generar un nuevo modelo de “control social” que obligue a los administradores locales a tener en cuenta la opinión pública. Se trata de un proceso de cambio histórico: nada no volverá a ser lo que era. A pesar de que no somos capaces de describir realmente qué es lo que está ocurriendo, da la impresión de que lo más relevante es el proceso de aprendizaje que está creando una conciencia de red colectiva nunca vista. Al paradigma del individuo y de las masas hoy se añade otro, el paradigma de la red.
Es muy importante volver a considerar la ciudad como el resultado de la “construcción” de todos, y el espacio público como el lugar donde este proceso puede tener lugar. Hoy disponemos de herramientas capaces de catalizar dinámicas participativas que antes eran imposibles de coordinar. Son cada vez más los ejemplos de procesos de “creación” de ciudadanía ligados al uso de las nuevas tecnologías y es indudable que internet representa uno de los mayores factores de cambio de la sociedad.
A los que estáis en Madrid, os invito a pasar esta tarde a la charla-coloquio para hablar de estos y más temas relacionados:
Agradecimientos a Marisa por su revisión del texto.