A continuación publico la versión integral del texto que escribí para el Arquitectura Viva n.145 «Colectivos Españoles». Esta versión integral (en la revista en papel se ha publicado una versión recortada por la redacción) aporta muchos elementos que creo pueden ser utiles para profundizar en el amplio debate que está generando este numero de la revista.
Tengo muchas ganas de leer vestros comentarios.
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En la actualidad asistimos a una gran transformación y cambio en la arquitectura. Este proceso se viene dando con especial intensidad en la última década en España. Consecuencia de ello es la creación de un nuevo ecosistema en continua definición y cambio. Por este motivo, en las siguientes líneas intentaré, desde mi punto de vista, abordar las cuestiones fundamentales en este proceso de evolución.
Como panorámica general de la arquitectura española se podrían distinguir dos momentos esenciales que sin duda marcan un punto de inflexión en la historia de la misma. Un punto sería el protagonismo internacional que se viene dando en los últimos años. El otro punto consiste en el desarrollo de un movimiento emergente que supone una apertura de la arquitectura hacia otras disciplinas, que van más allá de la construcción y de la composición arquitectónica.
La incertidumbre y la falta de referencias en el panorama actual han creado un sentimiento de negatividad que parece haberse instalado en el ánimo general de los que pertenecemos a esta profesión. Sin embargo, existe un cambio que se viene dando en la última década, que podría constituirse como un nuevo paradigma en la forma de entender la arquitectura.
A continuación expondré los tres grandes procesos –como son el desarrollo de estructuras de trabajo horizontales, la Interacción en red y el surgimiento de plataformas— que son determinantes para la creación de este nuevo escenario de transformación en el sector.
Estructuras de trabajo abiertas y más horizontales
Frente al modelo tradicional basado en un estudio formado por uno o más socios/autores y colaboradores, que suele estar organizado en torno a estructura de trabajo piramidal, estamos asistiendo a la creación de un modelo mucho más heterogéneo, caracterizado por su horizontalidad y distribución.
Uno de los motivos que ha dado lugar a este fenómeno, lo encontramos en la creación de espacios compartidos por estudiantes. Durante años, con la excusa de terminar el desarrollo del PFC, los estudiantes que todavía vivían en casa de sus padres, sienten la necesidad de generar nuevos espacios de “independencia”. Son entornos donde no se han establecido jerarquías y donde no se busca un objetivo empresarial, y que por tanto, se pueden definir como un laboratorio de experimentación de ideas, proyectos y colaboraciones. Se erigen como espacios alternativos a los centros de investigación e innovación de universidades y empresas. Los mismos creadores que experimentan en el “laboratorio” se alían y cooperan para presentarse a concursos de diseño o de arquitectura. No son pocos los casos en los que han conseguido ganar premios y distinciones, generando, de esta manera, espacios profesionales donde han nacido muchos de los colectivos más interesantes.
El otro motivo que ha dado lugar al fenómeno expuesto, ha sido la apuesta que, desde el mundo de la cultura, ha posibilitado los recursos económicos necesarios y una mayor visibilidad de los jóvenes arquitectos que formaban parte de esos colectivos. En este sentido, es necesario señalar la importancia de exposiciones como Freshmadrid, que influenció a toda una generación de jóvenes arquitectos. Sin embargo, ni los propios colectivos, ni los propios comisarios, eran conscientes del alcance del nuevo modelo que se estaba gestando por aquel entonces. Los aspectos innovadores que se sustraían de dicho modelo organizativo – como la espontaneidad, la horizontalidad o la hibridación interdisciplinaria- no estaban siendo objeto de estudio o de reflexión. Además, tampoco se generó un debate real entre generaciones sino que los diferentes discursos confluyeron en una visión poliédrica, donde la figura del arquitecto seguía cobrando una especial relevancia.
De parte de los colectivos, se aprovecharon los recursos y la visibilidad proveniente del ámbito cultural para continuar con su actividad profesional. La lectura que extraemos de esta situación se resumen en dos consecuencias que deben ser problematizadas: por un lado, el esfuerzo dedicado al desarrollo y continuación de proyectos no fue equivalente a la reflexión que debía haberse realizado del propio funcionamiento interno, por otro, esos mismos recursos culturales alimentaron una estructura económica basada en la precarización.
Interacción en red
Con la masificación del uso de Internet, el mundo de la arquitectura vive una transformación que afecta a sus diferentes ámbitos de funcionamiento. En este apartado quiero destacar figuras inéditas en el escenario cultural y profesional que, bajo mi perspectiva, funcionan como conectores que promueven nuevos modelos de trabajo y pensamiento en red. Es también interesante analizar la aparición de la blogosfera arquitectónica profesional, que se configura como una de las más interesantes a escala internacional, y que promueve la interacción e intercambio de información y la inteligencia colectiva. En última instancia, se debe reflexionar sobre la influencia de esta nueva realidad en los colectivos y la estructuras comunitarias de trabajo.
Desde hace 10 años la arquitectura estaba presente en la Red en forma de páginas web corporativas. Los blogs dedicados a nuestro sector eran casi inexistentes y las revistas especializadas todavía no habían detectado el potencial de este medio.
Los estudiantes, antes que los estudios y otras entidades como los colegios, entendieron Internet como un nuevo medio donde experimentar con total libertad. En ese momento, se produce un primer paso hacia la conexión entre academia y sociedad civil. Los colectivos también fueron pioneros en usar Internet como herramienta cotidiana. Un ejemplo muy claro ha sido Basurama, que desde sus inicios ha dedicado siempre mucha energía en documentar toda su actividad y su trabajo en la web; fueron precursores en utilizar el video en Internet como acción crítica. Recordamos dos de sus proyectos audiovisuales difundidos en la red: “Yo Amo la M30” (que desarrollaron junto a Areaciega) y “100% Sostenible”.
Pocos años después empiezan a hacerse populares blogs con enfoques muy diferentes como por ejemplo el de Arquitextonica el de Edgar Gonzalez o el de Ecosistema Urbano por citar algunos de los pioneros. Sin embargo todavía estamos lejos de la dinámica de intercambio y debate, que caracteriza la blogosfera actual.
Inteligencia Colectiva
Con la llegada de los blogs y de las redes sociales, se repite y se amplifica, esta vez desde otra dimensión, lo que había ocurrido con los espacios de trabajo compartido creados por los estudiantes. El nuevo ecosistema de la web 2.0 promueve un nuevo ambiente de debate, donde las ideas circulan en total libertad, obviando ya cualquier otro medio o intermediario tradicional.
Nos encontramos en una clara fase de transformación de las dinámicas de comunicación. No se trata solamente de la posibilidad de intercambiar ideas, proyectos y referencias sino del desarrollo de un nuevo ecosistema que pone en conexión profesionales, con estudiantes, con administradores público, técnicos y gestores culturales. Con ello, me refiero a interacciones cotidianas que nos permiten mejorar nuestro trabajo e investigación, sin tener en cuenta los debates mediatizados y promovidos por intermediarios, sean ellos comisarios, revistas o entidades. Se desarrolla, de esta forma, un nuevo ecosistema profesional construido alrededor del aprendizaje recíproco, de las sinergia de las competencias y de la imaginación. Acontecimientos, decisiones, acciones y personas se sitúan en un contexto compartido, un nuevo espacio digital desterritorializado donde se sincronizan en tiempo real generando Inteligencia Colectiva. En palabras del filósofo Pierre Levy:
“Recordemos que la inteligencia colectiva es una inteligencia repartida en todas partes, valorizada constantemente, coordinada y movilizada en tiempo real. Por transmisión, invención u olvido, el patrimonio común pasa a la responsabilidad de cada cual. La inteligencia del conjunto ya no es el resultado mecánico de actos ciegos y automáticos, pues aquí es el pensamiento de las personas lo que perpetúa, inventa y pone en movimiento el de la sociedad. En un colectivo inteligente, la comunidad se traza explícitamente como objetivo la negociación permanente del orden de las cosas, de su lenguaje, del papel de cada cual, el desglose y la definición de sus objetos, la reinterpretación de su memoria. Nada es estático, pero no se trata sin embargo de desorden o de relativismo absoluto ya que los actos son coordinados y evaluados en tiempo real según un gran número de criterios, ellos mismos constantemente reevaluados en contexto”.
Nuevas figuras: los conectores
En este nuevo contexto de definición de los modelos alternativos de trabajo, emergen nuevas figuras, nuevos conectores y se democratizan los debates.
Debido a su capacidad de interpretar el potencial de la red y por ser considerados como unos de los pioneros digitales, me gustaría destacar a Ethel Baraona (@ethel_baraona) y Paco González (@pacogonzalez). Ellos, a diferencia de los casos anteriormente citados, se proponen directamente como nodos de conexión. El valor radica en que a través de sus identidades personales generan su actividad conectora, por ello, sus blogs y sus cuentas en redes sociales, son solo una herramienta al servicio de dicha tarea. Con el tiempo han ido apareciendo otros conectores como el caso StepienyBarno (@StepienyBarno) asumiendo, en este sentido, un carácter de articuladores.
En la actualidad, por dos razones primordiales, es imposible conocer todos los conectores: por una parte, la red está llegando a un momento de madurez y se depende, en menor medida, de los “primeros” conectores, por otra parte, a causa del proceso de hibridación, se establece una tendencia a conectarse con personas y profesionales de otros sectores. Un proceso que ayuda a superar la la endogamia, un rasgo común en nuestro sector.
Los colectivos y la Red
La llegada de la web 2.0 y de las redes sociales dispara las posibilidades de comunicación y de promoción de un nuevo debate cultural, sin embargo, aquellos pioneros que, años atrás habían sido iniciadores del proceso de cambio, tardan en entender el nuevo ecosistema.
La red refuerza y demanda un mayor reconocimiento de las personas que configuran un grupo o un colectivo, por ende, éstos se encuentran en la necesidad de definir mejor las identidades individuales. La problemática que se sustrae de esta idea atañe a la manera en que los colectivos deben gestionar su identidad. Me explico, existe una dialéctica provocada por la invisibilización de las individualidades en favor de la construcción identitaria de un colectivo. La dialéctica a la que me refiero, se intensifica en la Red: al estar caracterizado por la interacción entre personas, se hace difícil la tarea de dialogar con una identidad abstracta o colectiva.
Hasta ahora esta problemática se ha resuelto, de manera presencial, ocultando los diferentes enfoques a través de un consenso de mínimos. Una acción que ha proyectado una imagen definida y sólida del grupo, lo que ha provocado un esfuerzo homogeneizador de las posibles visiones disidentes internas.
De nuevo la dialéctica generada en el ámbito colectivo crea una dinámica de supervivencia que dificulta el desarrollo de la identidad y creatividad individual.
Hibridación, plataformas y vuelta a lo presencial
Como he apuntado antes, los colectivos se han unido al amparo de una identidad común, buscando ciertas características básicas, como por ejemplo, unas afinidades comunes, la sintonía entre compañeros o el refuerzo colectivo. Este entorno social intensifica la economía de las relaciones humanas, en detrimento de una necesaria reflexión y debate sobre las dinámicas que definan el objetivo y el futuro del colectivo.
La solución a esta problemática se basaría en la creación de nuevos formatos que promuevan la creatividad personal por encima de la dependencia de la identidad colectiva (marca), esto es, la creación de plataformas de trabajo en Red. El trabajo en red, que desafortunadamente todavía se confunde con trabajo en internet o en equipo, es en realidad un ecosistema de personas que se reconocen e intercambian información en un modelo profesional específico.
La plataforma en Red se configura entonces, como un formato donde se pueden potenciar los procesos de Inteligencia Colectiva que, como hemos visto, fomentan un modelo más respetuoso con las identidades individuales. Además, puesto que en el nacimiento de la plataforma ya se establecen las reglas de funcionamiento, la reflexión sobre la propia estructura interna permanece presente en las dinámicas de trabajo.
El caso más emblemático, en este sentido, es La Anécdota una plataforma que permite a diferentes profesionales organizados en red, presentarse a concursos de arquitectura y urbanismo. Empieza su actividad con el concurso de ideas para la reconstrucción de la ciudad de Lorca afectada por el terremoto en 2011. Ahora mismo, se encuentra en plena fase de debate para redefinir su funcionamiento y ampliar su capacidad de hibridación con otras personalidades más allá de arquitectos, urbanistas y sociólogos.
Como se observa en La Anécdota, la hibridación con otros sectores y otras profesiones, resulta de vital importancia para la consolidación de los modelos emergentes que intentamos aquí analizar. Por otro lado, aunque la Red se perfila como necesaria para el intercambio, la conexión y la remezcla de ideas, proyectos etc, los espacios físicos siguen siendo necesarios. Se observa, entonces, la multiplicación de espacios temporales de encuentro que siguen siendo motor de la hibridación, que, en la mayoría de los casos, nacen de interacciones previas desarrolladas en el espacio digital. Un ejemplo de lo expuesto es Meetcommons, un encuentro presencial organizado de forma distribuida a raíz de la comunidad nacida en la plataforma de pensamiento en red Think Commons.
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En resumen, este análisis que aquí he apuntado, ha examinado cómo, en España, el escenario profesional y cultural de la arquitectura ha ido experimentando con diferentes procesos emergentes: desde la creación de espacios de trabajo compartidos -verdaderos laboratorios- hasta el surgimiento de los colectivos donde se generan los primeros ejemplos de trabajo basados en estructuras horizontales y/o abiertas. El punto de inflexión aparece con el uso de Internet, no sólo por la democratización del modelo comunicativo, sino también por los conectores que alientan, inspirados en la cultura digital, un modelo alternativo de organización.
Sin embargo, ya sea por el carácter emergente de esta alternativa o porque el modelo referencial está organizado alrededor del concepto marca, el formato plataforma genera incertidumbre. ¿Sabremos confiar en la reputación de una red de profesionales más que en un estudio- marca? ¿Seremos capaces de generar espacios de conexión horizontal pensando en la acción además del dialogo?
Aunque estos debates resulten difíciles de responder, me gustaría remarcar dos tendencias que bajo mi punto de vista son evidentes; una cuestión atañe a la ética profesional, ya que, como he apuntado, las actividades económicas comienzan a estar relacionada con una ética personal y un modelo de vida más atento a las demandas de las comunidades con las que nos relacionamos. La otra cuestión que, de alguna forma contiene los conceptos que se han ido presentado, es el surgimiento de un nuevo profesional que aunará la capacidad de gestionar el conocimiento y la capacidad de generar procesos de inteligencias colectivas.
Las fotos son de Domenico Di Siena con licencia Creative Commons – Attribution-ShareAlike 3.0.
Texto editado por Irene López.
#subscríbete
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Hemos escrito mucho y extenso sobre los colectivos y nuestra idea sobre ellos, y me permito Dome las autoreferencias.
http://arquitextonica.net/2011/03/29/uno-para-todos-y-todos-contra-uno-sobre-los-colectivos-de-arquitectur/
http://arquitextonica.net/2011/09/12/colectivos-2/
http://arquitextonica.net/2012/07/02/colectivos-o-equipos-sobre-las-sutiles-diferencias/
http://arquitextonica.net/2012/10/26/revistas-arquitectura-viva-145-colectivos-espanoles/
En general estamos de acuerdo en todo. Sobre todo en la necesidad imperiosa de que la Red vuelva a hacer flotar la identidad de los individuos que la conforman y que sirva de soporte (y no de razón de ser) para trabajos cada vez más potentes, más flexibles y más abiertos.
Cuando tú entras en el tema de la ética personal y profesional, que vuelves a tener razón, pasas por alto un tema interesante que nos incumbe aquí en España, que es el de la responsabilidad profesional, otorgada por la ley que rige la edificación y que demanda que haya una persona o entidad «a la que culpar». Idéntico a lo que comentas sobre la relación de las personas con los colectivos.
Ante la pregunta de si estamos preparados para relacionarnos con «una marca», creo que no. Y espero que la respuesta siga siendo que no. Valoramos muchísimo la producción profesional de los colectivos, pero cada vez más creemos en el trato personal, uno a uno, con nombre y apellidos, en el servicio a las personas (no en la entrega ciega y alienada).
Antes quizás si, pero ahora no creo en los conectores. Me parecen totalmente innecesarios. La Red se autogestiona y las inteligencias colectivas funcionan de manera fractal, cada una de las individualidades que la conforman son en si mismas un conector autónomo.
Y por concretar ¿a quién o qué te refieres con
?